lunes, 3 de abril de 2017

Primer día en Praga ( Segunda parte)

Después del Castillo de Praga, todos teníamos un objetivo, comer, aunque algunos tenían otro más, cambiar euros a corona checa. Pero Bojana, tenía uno suyo personal y muy valioso explicarnos tanto que sabía de Praga. Así que tuvimos paciencia y no comimos hasta las 15:45. 



Desde que abandonamos el Castillo por los viñedos hasta la parte vieja de la ciudad hicimos paradas muy interesantes. Una fue para hacernos fotos desde este mirador donde se ve el puente de Carlos IV y el río Moldava.


Pasamos por un jardín de inspiración grecolatina que era una pasada. Encontramos pavos reales y árboles plagados de magnolias.





Luego encontramos esta preciosidad de paseo con figuras clásicas.


Y se nos ocurrió hacer esta foto imitando las esculturas.


Salimos de la zona de jardines y nos adentramos en las calles, buscando el puente de Carlos IV.


Bojana nos llevó a conocer el muro de John Lennon, está  en el barrio de Mala Strana. Es un lugar lleno de energía y de mensajes positivos para el mundo. Nos explicó que todos los que quieren escriben sobre él. Y que, incluso, hace unos años apareció entero pintado de blanco, así que las pinturas comenzaron de nuevo. Se llama así porque desde los años 80 es decorada con graffities inspirados en la figura de Lennon y con fragmentos de canciones de The Beatles.





Seguimos caminando y nos encontramos con un puente de candados que los enamorados colocan en sus barrotes como muestra de su amor.



Por fin y después de subir unas escaleras, llegamos al Puente de Carlos IV. Era impresionante, bello, soberbio. Aquella imagen, que siempre presenta a Praga, delante de nosotros. Y las fotos empezaron a sonar.










Por fin,  tras atravesarlo, pudieron ir a cambiar su dinero aquellos que lo necesitaban y pudimos comer. Nos dividimos en grupos y cada uno fue a donde quiso: pollo, hamburguesas, comida tradicional,... Praga no es una ciudad cara para comer, es parecida a España, pero nos cuesta calcular la equivalencia de euros y coronas y nos hace pensar un ratito.

Un parentesis de descanso, una ingesta de energía y "palante".

Ahora, ya camino del autobús, pasamos por el Reloj astronómico situado en la pared del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, que, aparte de ser precioso, tiene un mecanismo muy complejo que muestra no sólo la hora, sino el día y la noche, la luna y el sol, los horóscopos, figuras que representan los pecados capitales y las virtudes, incluso los doce apóstoles cuando da la hora en punto. Lo creó el maestro relojero Hanus en 1410. Se considera el reloj más bello del mundo.





Tras un paseíto final, llegamos al autobús de regreso al hotel. 



Las profesoras nos informaron de que por la noche no saldríamos. Todos estábamos destrozados. Nos dieron una alegría inmensa. Así que tras comprar unas chuches en un supermercado, nos fuimos a las habitaciones un rato. Luego, cenamos. Aquí se cena muy pronto. A nosotros, como somos españoles, nos hacen el favor de que sea a las 8, pero eso para ellos es muy raro. 

Luego las profesoras fueron haciendo "la Ronda" por todas las habitaciones, no una vez, sino que a las dos horas volvieron a aparecer. Nos pidieron silencio y descanso. Y bueno, de eso ya no podemos hablar...

Hasta mañana.
































1 comentario:

  1. ¡Qué caras de felicidad en las fotos! Impresionante Praga.

    Saludos

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