Segundo día en Praga ( Discoteca)

Tras la llegada de Cesky Krumlov, teníamos que arreglarnos rápidamente para cenar y luego ir a la discoteca. Teníamos ganas, pero había ciertas cuestiones que inquietaban a algunos: ¿Habrá más gente en la discoteca además de nosotros? ¿Solo podremos beber refrescos? ¿Cómo será la música? ¿Habrá gente en la discoteca un martes a las 10 de la noche?

A las 22 horas, nos esperaba un autobús en una plaza cercana al hotel. Quedamos en recepción a menos diez, pero al final llegamos tarde, porque algunos se retrasaron y cuando llegamos ya se había ido. Menos mal que la profe Laura llamó a nuestra guía Bojana y de esta forma el bus volvió.

El autobús era como los de línea De San Fernando, pero un poco viejo. Nos montamos ilusionados y con la curiosidad de qué nos encontraríamos.

Cuando llegamos, se confirmaron nuestras sospechas, en la discoteca solo estaríamos nosotros, solo nos servirían refrescaos, la música podíamos solicitarla al DJ, pero a veces pasaba de nosotros, era martes, la gente trabaja,...

En fin, que intentamos animar aquello y nos pusimos a bailar. El DJ de vez en cuando nos ponía bachatta y entonces hacíamos coreografías en pareja. También hicimos fotos divertidas. 

Lo peor de todo era el cansancio. Teníamos discoteca hasta las 2 de la madrugada. A las 12 muchos nos queríamos ir, pero el autobús que nos llevaba al hotel no volvía hasta la hora acordada, así que algunos se pusieron a echar un pulso y los demás animamos, pero dimos algunos golpes en la mesa y la camarera nos llamó la atención. Otros estuvimos charlando y riéndonos. Estábamos juntos, en Praga, de noche, con nuestros amigos, eso ya era suficiente.

Finalmente, a las 2, nos recogió el bus y de vuelta al hotel. Estábamos "destrozaítos". Así que casi todos llegamos a las habitaciones, charlamos un poquito y el sueño nos venció. 

Mañana, Barrio judío, cogeremos fuerza.