PALABRAS DE AMOR:
Esta historia comenzó con una clase de francés. Muchas veces me paro a
pensar en ello, y una ruborizada sonrisa se asoma e ilumina mi semblante.
Esa mágica tarde llena mi memoria de sentimientos, recuerdos y sensaciones, todos ellos reunidos
en aquel sofá. Unos pocos centímetros unidos por dos miradas cómplices, llenas
de dudas, nerviosismo, deseo e indecisión, se desvanecieron con un beso. Un beso cálido y tierno, que significó el
comienzo de un nuevo capitulo en mi vida, que tú me ayudas a escribir cada día.
Muchas veces me quedo mirando a la nada, absorta en mi mundo y me
vienen a la mente recuerdos o pensamientos producidos por mi subconsciente.
Antes solían ser pensamientos que me abrumaban o cosas superfluas e irrelevantes, por supuesto también planeaba mi futuro, como
si eso fuera posible, y me planteaba preguntas como: ¿Verdaderamente se
necesita a alguien más para ser plenamente feliz? O ¿por qué es tan difícil
salir ileso de las relaciones? o ¿habrá alguien ahí afuera que piense como
yo?...Todas sin respuesta alguna. Pero ahora, poco a poco, se han ido
respondiendo solas. Mi manera de ver el mundo y de plantearme las cosas, por
muy insignificantes que sean, ha cambiado. Por supuesto no me refiero a que ya
no soy yo misma, sino a que en mi, paulatinamente, has ido dejando un poso de
tu propio ser que me complementa y me reconforta.
Lentamente te has ido instalando en mi vida y cobrando cada vez un
papel más importante en ella. Hoy para
mí eres un sinónimo de apoyo, consideración, ánimo, cariño, risas, alegría,
felicidad… Le diste significado a muchas palabras que antes para mi solo eran
letras vacías. Has desempolvado partes de mí que llevaban tiempo enterradas,
sentimientos que se quedaron atrapados en el ayer y ,de tu mano, he descubierto
nuevos sentimientos con los que estoy aprendiendo a vivir.
Atesoro los segundos que paso junto a ti, como un guerrero empachado
de crueldad y sangre saborea los días de paz. Cuando me abrazas y apoyo la
cabeza en tu pecho y oigo tu corazón, siento que por fin he llegado a casa y
que entre tus brazos no hay problema sin solución.
Me haces sentir querida y que compartes esa paz y esa alegre serenidad
de estar juntos. Tu amor generoso me ilusiona. Echo de menos los momentos a tu
lado cuando no podemos vernos. Mi inseguridad
de antes, mi tristeza de antaño, van desapareciendo por tu cariño dulce
y cálido. Hasta tus silencios son hermosos. Nadie puede como tú sacar de mi
interior la más sincera de mis sonrisas. Te miro desde lo profundo de mi alma y
en tus ojos veo la tuya ofreciéndose a mí. Por fin le he puesto rostro a esa
persona tan anhelada por mi imaginación.
Tu amor ilumina mis días y calienta mis noches, tu abrazo es el hogar
de mi corazón para siempre.
Abril Uribe Portela 4º C