viernes, 7 de abril de 2017

Cuarto día (Vuelta a casa)


En nuestra marcha del hotel, todos fuimos puntuales. A las 15:00 nos recogió el autobús. Cargamos rápidamente las maletas. El conductor nos felicitó por nuestra eficacia.


Llegamos al aeropuerto Václav Havel, felices por lo vivido y por saber que tras unas horas estaríamos en nuestras casas. Cuando se viaja, se valora mucho lo que tenemos en nuestro hogar. Queríamos comida española y cariño de nuestras familias.























Facturamos el equipaje. Ahora sí, teníamos que despedirnos de Bojana. Nos daba pena. Fue una buenísima guía. Aprendimos muchísimo de ella. Fue responsable, puntual, comprensiva. Nos contó mil y una leyendas checas. "Bojana, que te gusta una leyenda", se escuchó en alguna ocasión. Siempre estuvo contenta y sonriente. El que vaya a Praga debe buscarla porque con ella estará seguro. Nos hicimos nuestra última foto juntos. Le dimos un aplauso y le dimos las gracias por tanto.


El vuelo se nos hizo más rápido que el de ida. Al llegar a Málaga nos esperaba un autobús. Sobre las 00:45 estábamos en el instituto abrazando a nuestros padres. Gran experiencia la vivida. Muchas cosas aprendidas, muchas anécdotas, muchos lazos establecidos parar siempre entre nosotros, muchas risas y alguna lágrima. La vida, en definitiva. Una vez más el tópico se cumplió. "Tempus fugit". En nuestro recuerdo, queda Praga y los que allí estuvimos para siempre. 

Gracias a todos y a nuestras familias, que hicieron un gran esfuerzo para que pudiéramos vivirlo.


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