El primer premio del XIII Certamen literario "Solidaridad en letras" que organiza la Junta de Andalucía este año ha sido para una alumna de nuestro centro, Lucía Alonso Ramírez, de 2º B. Toda la comunidad educativa está muy orgullosa de ella. Por eso queremos felicitarla y dejaros aquí su texto para que todos podamos disfrutar de él.
Gracias, Lucía.
Gracias, Lucía.
EL VOLUNTARIADO: EL
ESPEJO DE LA SOLIDARIDAD
(CUATRO HISTORIAS)
• La historia de Ana
Mi nombre es Ana, recientemente he
cumplido noventa y tres años.
Mi familia me abandonó tiempo atrás,
cuando mis articulaciones comenzaron a flaquear.
Mi brazo no alcanza a sujetar la
alcachofa de la ducha y tiendo a perder el equilibrio con frecuencia. Tampoco
cocinar es tarea fácil. Mis pies ya no soportan tanto peso y mi paladar no
funciona como antes.
Mi marido murió, dejándome viuda y
mis hijos están todos esparcidos por el mundo por sus trabajos y razones
familiares. Fue entonces cuando mi vida se
volvió triste, aburrida y solitaria.
Pero un día que intentaba
llevar unas bolsas de naranja a mi casa, una joven muy amable me ayudó a
llevarlas. Nos quedamos hablando, y, cuando se
iba a ir, le hice prometer que volvería. Y lo cumplió.
Hoy en día, sigue viniendo para
hacerme la comida, cuidar de mí y hablar sobre nosotras.
Me hizo feliz el resto de mis
días.
Con amor:
Ana
• La historia de Zaira
Ayer vino la policía, otra vez,
para avisarnos de que si no abandonábamos nuestra casa en una semana, nos
desahuciarían. Esa noche nadie pudo dormir, ni mi madre, ni mi padre... ni yo.
A mis dieciséis años de edad, vivo
en un apartamento, propiedad del banco, asustada de que. algún día, tendré que
vivir en un albergue, o mucho peor, en la calle.
Por las mañanas. voy a una escuela
pública a diez minutos de mi casa. Pero cuando es la hora del almuerzo, tengo que
reprimir el hambre, ya que con un trozo de pan no se apacigua un estómago.
Mi madre y mi padre me dan más
comida y, a veces, oigo el rugir de sus barrigas por la noche.
Están intentando encontrar
trabajo, pero son tiempos difíciles.
Cortaron la luz y el agua hace
días y eso hace que la vida sea aún más dura. Vivimos sucios, a oscuras y con
miedo de que nos echen a patadas de nuestro hogar.
Hoy por la mañana, llamaron a la
puerta. Temiendo que fuera la policía, me escondí bajo la mesa mientras
temblaba.
A los diez minutos, se asomó un rostro familiar y me levantó con cuidado. Era una de mis profesoras del instituto. Traía comida y una buena noticia: había alquilado nuestra casa para que pudiéramos quedarnos.
Gracias a su buen corazón:
Zaira
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• La historia de Yaiza
Me llamo Yaiza, mañana cumplo seis
años.
Cuando mamá aún me llevaba en su
barriguita, se escapó de su país para no ver más a papá, dice que no era un
buen hombre.
Para venir a España, tuvo que
cruzar una cosa que ella llama “el Estrecho”.
Pagó a un hombre para que le
prestara su barquita que compartió con once personas más.
Había muchas olas y no recuerdo salir, pero mamá dice que no quería perderme a los peces nadando, así que nací allí.
Al llegar al otro lado,había muchos
hombres de azul, que querían que nos marchásemos.
Mi madre estaba asustada, perdida
y confundida.
Pero una mujer bajita, nos llevó a
un hospital y nos recuperamos del viaje. Nos informó de que ella nos daría
salud, y a mí, una educación.
Ella es mi mejor amiga:
Yaiza
• La historia de Fernando
Me llaman Fernando,
humilde y leal.
Mas hace unos años
perdí mi hogar.
Me tomaban por loco
porque en prosa
me negué a hablar.
Así que relato mi
historia
con belleza y verdad:
En la calle viví
desde que era un crío.
En la calle viví
acostumbrado al frío.
Poeta fui en mi juventud
escribiendo dulce
poesía
bajo una farola y su
luz.
Hambriento, limosna
pedía.
Todos ignoraban al
mendigo,
sumergidos en sus
vidas.
Pero él seguía,
limosna pedía.
En una de estas,
un papel verde
tiraron,
¿acaso fue la mujer
o el dinero, el
milagro?
Asustada no se sentía,
manejando las palabras
creando sutiles rimas.
Me prometió bebida y
sustento,
amor y dinero,
y lo mejor de todo
un cálido techo.
Me enamoré de ella,
como el que lee un
poema,
por sus giros y sus
rarezas.
Cumplió su promesa
y me hizo feliz.
¡Qué gran placer
descubrir
que hay personas como
ella!
Heroína en vaqueros
con corazón de
guerrera.
Fernando
Estas han sido algunas de las
muchas personas a las que he ayudado a lo largo de mi vida.
Aparte de ser voluntaria, soy
profesora de lengua y literatura en un instituto de Cádiz.
Me alegra saber que ahora se
encuentran bien y que no volverán a pasarlo mal.
Ana murió hace tres días. Yo misma
organicé su funeral con su hijo mayor.
Todos lloramos y nadie bebió ni
una gota de alcohol, ya que por eso murió su marido, que en paz descanse.
Sigo en contacto con la familia de
Zaira. Su padre por fin ha encontrado un trabajo como socorrista en una piscina.
Me han intentado devolver el dinero, pero lo he rechazado.
Nunca me pierdo la oportunidad de
ver a Yaiza. Siempre me recibe con una gran sonrisa y un abrazo con esos brazos
tan cortitos y morenos.
Vivo con Fernando, y he
descubierto que su alma vive para y por la escritura. De vez en cuando, llevo
sus poemas a la editorial del periódico y los publican en sus ejemplares.
Nunca los olvidaré:
Blanca.
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Lucía Alonso Ramírez
I.E.S Sancti Petri 2º ESO B
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