Miguel Batista López, 2º A
Mi infancia
Estoy
intentando escribir una narración para la infancia, y
no se me ocurre
nada.Estoy pensando y rememorando
para saber qué escribir:
Recuerdo
por una extraña razón, que mis padres me daban el biberón todas las mañanas, también me ayudaban a salir de la bañera y me acurrucaban en mi toalla de baño.
Echo de menos el que me vistieran siempre, sus repetidos abrazos...ahora no son
tantos.. La ilusión que tenía la noche de los Reyes Magos poniéndoles polvorones y leche para los camellos; o al Ratón Pérez, el queso, cuando se me caía un diente y esperaba sus
regalos con impaciencia y nerviosismo.
El ver dibujitos como los Teletubbies,
que ahora me parecen una tontería y antes me encantaban. Ese sentimiento de
angustia el primer día de colegio o el estar en preescolar y dar cosas que
ahora, sin duda, me resultan bastante fáciles. Jugar en el recreo a juegos como
el pilla-pilla o sentir miedo al oír “¡que viene el coco!”
.
Tener menos horas
en el colegio que en el instituto o el
ir a la playa en verano, y ponerme a jugar con mi cubo y mi pala para hacer un
castillo de arena y hacer “albóndigas” de arena. Creer que todo el mundo era
bueno porque si no, no les traería nada los Reyes Magos y no entender por qué a
algunos niños no llegaban los Reyes y tenía que dar mis juguetes antiguos. -Si no
llegaban es que no eran buenos y no merecían mis juguetes- pensaba.
En definitiva, todos aquellos recuerdos y
creencias me hacían vivir dentro de la ilusión de un mundo mejor y a
medida que se fueron desvaneciendo han ido acercándome poco a poco a la
realidad. Quizás por eso, por ese mundo tan bonito, siempre vivirá en nosotros
ese pequeño niño.
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